No es negociable

En lo que nos atañe en los últimos años, en ese escenario mundial que ha dejado la crisis que comenzó en Lehman Brothers y que desde la cumbre del castillo de naipes, ha ido explotando en su caída una a una las burbujas económicas creados con la especulación y las malas artes entre los mercados, la banca y corruptos de la política (que no políticos corruptos, ya que una cosa contradice a la otra, no se puede ser político y corrupto). En esta escabechina que ha sido la crisis, casi tod@s hemos perdido, evidentemente unos más que otros, ya que los que estaban en posiciones vulnerables la han sufrido mucho más,  y sobresale de todo esto el que mientras el 99 % de los damnificados por la crisis sufrían sus consecuencias, un 1% aumentaba su riqueza, y se incorporaban nuevos ricos al club.

Este escenario presentado, con una gran mayoría subyugada a las inclemencias de un sistema del cuál son dependientes, recuerda a crisis anteriores con los mismos efectos, mismas victimas y mismos ganadores, lo que me recuerda a una partida de cartas en un casino, en la que da igual cuantas manos se repartan, siempre gana la «Banca», y con banca me refiero por supuesto a ese 1% que en ningún momento corre peligro por su dinero, o su poder, ya que durante generaciones han estado por encima de acciones y reacciones que han padecido los simples mortales.  Gracias a su cercanía a las fuentes de información que les permiten sus posicionamientos privilegiados antes que nadie, ya sea retirar dinero invertido antes de quiebras, que a veces ellos mismos han creado, como hizo el magnate Rockefeller y algunos de los ricos de la época en la famosa crisis del 29,  la especulación internacional en la compra-venta de todo aquello con lo que se pueda traficar y aumentar los beneficios, aprovechar los momentos vulnerables en los vaivenes cíclicos de la economía para someter aun más a los trabajadores, u obligar a aquellos gobiernos que no les bailen el agua a tomar decisiones perjudiciales para la mayoría pero beneficiosas para estos privilegiados, por poner varios ejemplos.

«En la política nada ocurre por casualidad. Si algo sucede, se puede estar seguro de que ha sido planeado así» nos decía Franklin D. Roosvelt ya a principios del siglo pasado, que desde su posición pudo atisbar como se desenvolvía el mundo real en el que los dueños y señores de la información, son los amos de los destinos de muchas personas. Como en el efecto mariposa, algo muy pequeño iniciado desde una parte del planeta, puede hacer algo muy grande en otros lugares distantes, pero como buen amante de la física que soy, para que haya una reacción tiene que haber una acción primordial, algo que inicie la secuencia de sucesos, como si alguien pudiera provocar con una piedra tirada al mar, un maremoto en la otra punta del planeta, fuera consciente de ello, y se aprovechara para su propio lucro. Esa gente consciente de lo que acarrean sus actos, que mira con desprecio y desapego al resto de sus congéneres no van a tener jamás una pizca de humanidad o empatía con sus semejantes, como bien nos dice la historia y nuestro presente, y que ante ese hecho demostrado, nuestra posición debería ser firme e implacable para atajar este hecho, y no pactar con terroristas, que eso es lo que son, una banda de psicópatas organizada.

El sentido común, la sabiduría, la moral y la ética, la empatía por los semejantes y sus desgracias, la fe en la gente buena, el amor por tus allegados, la firme convicción de la construcción de un mundo mejor y más justo, entre muchas y poderosas razones, nos tendría que posicionar en sintonía contra este cáncer que tenemos incrustado en las entrañas de esta sociedad, y acabar con ello de una manera inmisericorde. Debemos salir del juego que ellos mismos han creado, y en el que ellos tiene la sartén por el mango, y una buena forma es empezando a decir NO, Noes rotundos, sin paliativos, sin cuestionamientos, Noes como castillos de grandes, que entiendan que nunca hemos sido su ganado, y no pretendemos dejarnos que nos pisoteen. NO queremos vuestras guerras, NO queremos vuestras armas, NO queremos ni someter, ni ser sometidos, NO queremos una sociedad impregnada por el  miedo y la incertidumbre, NO queremos ciudadanos de primera, segunda o tercera, No os necesitamos sino al revés, ya que somos nosotros los que os encumbramos, y seremos nosotros los que os bajemos de la parra, No permitiremos más esclavismo, más tratos vejatorios, más desprecios, más ninguneos, NO vamos a permitir ni un segundo más que personas puedan utilizar un sistema que aumente las desigualdades, a la par que encumbra a un diminuto sector, No y mil veces NO. La vida de la gente, su libertad y su bienestar NO ES NEGOCIABLE, y menos con terroristas, haciendo gala de una palabra que ellos mismos inventaron para definir a tod@s aquell@s que atentaran de alguna manera su hegemonía.